"Al comienzo de un nuevo período escolar, la sensación que tengo es que comienza un año nuevo. Una visión cíclica del calendario que sabemos es diferente a todas luces de un curso al otro, aunque repitamos en un mismo centro, unas mismas asignaturas o módulos, etc.

Como si fuera un año nuevo, nos disponemos mentalmente para salir de la rutina veraniega y ponernos manos a la obra. Comienzan los madrugones, el trabajo continuado de preparación de clases, nuevo alumnado, nuevos módulos, nuevos compañeros y compañeras de camino.

¡Toda una oportunidad de aprender nuevas ideas y de poner en marcha proyectos que andaban en nuestra cabeza!"

Este texto lo escribí al comienzo del curso 2019-2020. ¡Cuánto ha cambiado en un año! Quizás no tanto: las sensaciones, las incertidumbres, las dudas, las ilusiones, ... pueden ser parecidas.

Este curso, con mascarillas, hidrogel, distancia social, clases presenciales, semipresenciales y a distancia o telemáticas, nuestro curso cambia, y lo hace a peor.

La experiencia de 31 años dando clases me dice que no es lo mismo lo que teníamos y lo que tenemos. Estamos obligados a dar clases en unas condiciones diferentes pero con los mismos o menos recursos y herramientas que las que teníamos antes.

Espero que me entiendan. No es que no se quiera dar clase, es que nuestra seguridad sanitaria y la del resto de personas de una clase y de un centro son importantes. ¿Cómo no me voy a acercar a alguien que me pide ayuda en una actividad de clase? ¿Cómo no vamos a prestarle un bolígrafo a alguien que lo necesita? ¿Cómo escribiremos en la pizarra y enviamos a otros a escribir en ella? ¿Qué protocolo tendré que usar? 

¡Imaginen la cantidad de protocolos que tendremos que saber y usar! 

Y luego queda otra cosa. Hasta ahora las disrupciones en los centros eran conductuales. ¿Qué haremos con los "disruptores" que no quieran ponerse la mascarilla, escupan a otros, no se laven las manos con el hidrogel y siempre vayan en contra de las normas? ¡Cuántos saldrán en su defensa cuando tengamos que ponerle una falta de disciplina!

Bueno, no todo es nuevo. Estar en una clase con un grupo de alumnos y alumnas, de la edad que sea, es una labor muy bonita. Aprenden ellos y aprendes tú como docente. Solo espero que este curso no tengamos que lamentar algunas decisones tomadas precipitadamente para salir del paso, y que no nos lluevan las responsabilidades a los centros, sobre todo a os equipos directivos, cuando empiecen los contagios masivos.

¡Buen curso! ¡Cuídense! ¡Pónganse las mascarillas! ¡Exijan que los demás también las lleven correctamente! ¡Por el bien de cada uno, de cada una! ¡Feliz curso 2020-2021!